En la tecnología HIP se utiliza un recipiente de presión con un horno en su interior y gas a muy alta presión, generalmente argón a alta temperatura, para consolidar materiales y eliminar defectos internos, como porosidades o microfisuras. Debido a que en la tecnología HIP se manejan temperaturas muy cercanas a las utilizadas en tratamientos por calor, suelen ocurrir fluencias, difusiones y deformaciones o defectos mecánicos debido a la elevada presión externa.