Durante el proceso de HPP se alcanza una presión de hasta 6000 bar (87 000 psi). A esta presión, los productos se comprimen aproximadamente un 15 % de su volumen original, por lo que los envases HPP deben ser impermeables y herméticos, y deben estar fabricados con materiales flexibles que puedan resistir una compresión de al menos el 15 %. Por ello, se suelen utilizar algunos materiales plásticos para este proceso, ya que son lo suficientemente flexibles como para comprimirse sin romperse y lo suficientemente elásticos para recuperar su forma original tras el proceso. Además, es posible utilizar algunas alternativas sostenibles, como rPET, PP, PLA y otras soluciones biodegradables. Entre los envases y materiales que se suelen utilizar para el procesado por HPP se encuentran botellas, vasos, bolsas y bandejas en combinación con varios tipos de películas protectoras y cierres. Las superficies de sellado para las películas protectoras deben ser relativamente anchas, uniformes y preferiblemente planas. La capacidad de sellado (resistencia del sellado térmico) es un factor importante para el envasado y depende del proceso por HPP. Los patrones cruzados no son adecuados, ya que permiten la entrada de oxígeno en los envases, lo que contribuye al deterioro de los productos por oxidación.