Reducción de la resistencia mediante el uso de la presión isostática
Con presiones típicas entre 800 y 6000 bar (11 603 y 87 022 psi) y temperaturas de hasta 2000 °C (3632 °F), el prensado isostático ha demostrado ser capaz de aumentar el contacto entre los componentes de las celdas de las baterías de estado sólido y, con ello, reducir su resistividad y aumentar su densidad energética. El prensado isostático también se utiliza en la producción de componentes individuales necesarios para el desarrollo de futuras tecnologías de baterías.
Entre las aplicaciones habituales de esta tecnología se encuentra el compactado de cerámica, de materiales a base de carbono y de electrolitos.